Mié. Abr 17th, 2024

Con la llegada del verano, es fundamental estar informados sobre las reacciones al calor que pueden afectar a los niños. En este artículo, abordaremos dos condiciones relacionadas: la #insolación y el #agotamiento por #calor. Conocer sus síntomas y saber cómo actuar es esencial para mantener la salud y bienestar de los más pequeños.

Insolación: La insolación se produce cuando el niño está expuesto de manera prolongada a los rayos solares directos durante el verano. Sus síntomas incluyen enrojecimiento de la piel, sensibilidad al tacto, piel seca, signos de #deshidratación en las mucosas, fiebre de 37.5 a 38.5°C e incluso delirio y alteraciones de la conciencia.

Si la deshidratación es intensa, puede haber una caída en la presión arterial (shock). En estos casos, es fundamental que el niño sea evaluado y tratado por un médico de inmediato. Mientras espera la atención médica, puede enfriar la piel del niño con compresas húmedas frías, proporcionar aire fresco con un ventilador y administrar líquidos fríos, como agua, por vía oral si el niño está consciente. Si la consulta médica no es posible de inmediato, lleve a su hijo a un centro de salud para recibir el tratamiento adecuado. Recuerde que esta situación puede ser una emergencia.

Agotamiento por calor: En el caso del agotamiento por calor, no se presenta fiebre, pero sí una sensación intensa de debilidad causada por el calor y la deshidratación. En este caso, la exposición al sol no ha sido directa y la piel se muestra normal, sin enrojecimiento. Aunque debe informar a su médico sobre la situación, es probable que en este caso basten medidas sencillas, como proporcionar líquidos en abundancia y enfriar el cuerpo y el entorno del niño. Haga que descanse acostado. Si el niño no mejora y su estado de conciencia empeora, deberá trasladarlo a un centro de salud. Mientras tanto, continúe administrando agua fría con frecuencia.

Conclusion: El calor excesivo puede dar lugar a reacciones peligrosas en los niños, como la insolación y el agotamiento por calor. La prevención es fundamental para evitar estas situaciones. Recuerde proteger a los niños de la exposición directa al sol durante las horas de mayor intensidad, hidratarlos adecuadamente y proporcionarles ambientes frescos y ventilados. Si observa algún síntoma de insolación o agotamiento por calor, tome medidas inmediatas para enfriar al niño y busque atención médica según la gravedad de la situación. La seguridad y el bienestar de nuestros hijos dependen de una adecuada protección y respuesta ante las reacciones al calor.

(Nota: Este artículo brinda información general y no reemplaza la consulta médica. Ante cualquier duda o emergencia, consulte a un profesional de la salud).