Jue. May 2nd, 2024

thumb sucking by Gabriella HalEs una costumbre que adoptan algunos niños para entretenerse y muchas veces dormirse o apaciguar algún deseo (hambre) o molestia (dientes en erupción).

El hecho que un niño presente o no esta costumbre se decide precozmente en los primeros meses de vida No existe una recomendación unánime sobre el uso del chupete, pero si está claro que el niño que no lo usa, terminará chupandose el dedo, generalmente.

Otros argumentos para impulsar el uso del chupete, es que evita que el niño se meta objetos a la boca, con los que puede asfixiarse (semillas, botones, etc.), es más fácil de retirar una vez que el niño crece y por último el uso del chupete produce menos deformación de los dientes y arcada dentaria superior, que la succión del dedo.

El hecho de chupar el dedo o chupete es un reflejo normal del niño esencial para la alimentación y el niño identifica este acto con ella, y trata de consolarse o calmarse cuando tienen alguna molestia. A medida que el niño crece identifica el chuparse el dedo con una mala costumbre y en general disminuye progresivamente. Sin embargo algunos niños no abandonan esta costumbre, la que se puede mantener hasta la adolescencia. Si bien es cierto que en los primeros años la succión del pulgar no daña el desarrollo dentario, si esta costumbre persiste, y sobre todo si se acompaña de tracción del dedo hacia arriba presionando la arcada dentaria, puede deformar seriamente la dentadura, y debe ser interrumpida después de los 4 años. Afortunadamente a esa edad los niños pueden entender el daño que puede causarles esa costumbre y habitualmente ya desean dejarla. Lo que Ud. tiene que hacer es ayudarlo y tómarlo como un problema entre ambos y no sólo del niño.

Haga registros de cuantas horas pasa el niño sin chuparse el dedo y celébrelo o dele un premio.

No mencione los retrocesos en la costumbre ni lo ridiculice. Si el niño falla en progresar demuéstre su tristeza y reitere su confianza en que pronto seguirá avanzando. Hágale notar cuando el niño se chupa el dedo, sólo si existe un acuerdo previo y sin que ello signifique reñirlo o burlarse de él, sino una colaboración suya a un problema común.

También de común acuerdo puede untarle el dedo con una sustancia amarga o colocarle un guante, para recordarle que no debe hacerlo, nunca como castigo. Con esta técnica y a medida que el niño crece, habitualmente después de los 4 a 5 años dejará de hacerlo.