Mié. May 1st, 2024
Recientemente se ha descubierto la estrecha relación entre ácido fólico en la dieta de la embarazada y presencia de los defectos del tubo neural en el recién nacido (defectos en la formación de la médula y columna vertebral, más conocidos como: anencefalia, hidrocefalia, meningocele y espina bífida).

El artículo de R. Brent y colaboradores enfatiza la importancia del enriquecimiento de los alimentos con ácido fólico como manera eficaz de prevenir esta enfermedad. Para ello se refiere al trabajo realizado por Stevenson y colaboradores quienes logran identificar el riesgo de espina bífida (2 por mil), 360 casos en una población de 278.122 recién nacidos. Ellos pueden identificar factores que hacen más frecuente la enfermedad como la diabetes insulinodependiente o el uso de ácido valproico durante el embarazo. Así logran identificar los grupos de riesgo que pueden presentar la enfermedad.

La suplementación de ácido fólico a este grupo de riesgo, durante sus embarazos, logró disminuir en forma significativa los defectos tipo espina bífida en sus hijos.

Los autores recomiendan la identificación de las mujeres con riesgo de dar a luz niños con estas malformaciones y tratarlas con una suplementación adicional de ácido fólico.

El defecto aún no es prevenido en gran parte del mundo incluyendo algunos estados de EEUU siendo su solución tan fácil. Los autores consideran a esta deficiencia una falla en las políticas de salud pública y las comparan con las inmunizaciones de polio o influenza, que pueden ser igualmente importantes.

Explican que en 1996 la FDA exigió el enriquecimiento de las harinas con ácido fólico sintético (140 microgramos por 100 gramos de harina), sin embargo la concentración indicada no es la sugerida por la Academia Americana de Pediatría (350 microgramos por 100gramos de harina) ni la que se supone evitará la presentación del defecto y de paso disminuir la incidencia de infartos cardíacos en la población mayor.

Como comparación indican que en enero del 2000 la autoridades de salud de Chile exigieron que la harina debía tener una concentración de ácido fólico del doble que la sugerida por la FDA y las autoridades inglesas recomendaron una concentración de 240 microgramos por 100 gramos de harina. En China, la CDC y las autoridades chinas demostraron que mujeres que consumen al menos 400 microgramos diarios de ácido fólico evitaban el 85% de las malformaciones de espina bífida y anencefalia.

Los autores sugieren que los pediatras insistan a las mujeres en edad reproductiva consumir 400 microgramos de ácido fólico al día y que los multivitamínicos y cereales son convenientes en su dieta por su contenido de esta vitamina. Aconseja además que los pediatras escriban a sus autoridades solicitando tomar cartas en el asunto y elevar las concentraciones de la vitamina en las harinas comunes.

Comentario: Quienes han tenido un hijo o pariente con espina bífida o alguna de las enfermedades relacionadas, entenderá la importancia de esta recomendación. Si bien la mayoría de estos niños se tratan y pueden llevar vidas normales, los sufrimientos de las intervenciones quirúrgicas y rehabilitación son importantes. El sencillo hecho de ingerir una vitamina diariamente para prevenir estas malformaciones, especialmente en los grupos de riesgo, puede evitar los múltiples padecimientos que puede sufrir un niño y una familia.

Biografía:
Brent R, Oakley G, Mattison D. The Unnecessary Epidemic of Folic Acid-Preventable Spina Bifida and Anencephaly Pediatrics. 106(4) October 2000, pp 825-827