Mar. Abr 16th, 2024

La administración de la vacuna contra la influenza a niños que asistían a salas cunas o jardines de infantes redujo las enfermedades respiratorias febriles en esos niños, pero también en sus familiares, según lo reporta en el Journal of the American Medical Association el Dr. Eugene Hurwitz y sus asociados del Centro de Control y Prevención de Enfermedades Infecciosas de Atlanta.
Este grupo de investigadores, siguió, durante la estación invernal de 1996 – 1997, a los niños vacunados contra la influenza y sus familiares. Se siguió a 60 niños vacunados y 67 niños de un grupo control que habían sido vacunados contra la hepatitis A.


La vacuna demostró una efectividad de un 45% en evitar la influenza B en los niños y de un 31% la influenza A (H3N2) en este evaluación. Entre los contactos familiares de esos niños vacunados notaron una reducción del 16% en las enfermedades respiratorias en general y una reducción del 42% en enfermedades respiratorias febriles.
Lo más notable es que esta vacunación redujo también estas enfermedades entre los contactos de la escuela a las que estos niños asistían con cifras de 50% y 80% respectivamente.

Comentario: Un efecto esperable se comprueba. Parece lógico que si menos niños se enferman en una comunidad, la enfermedad para la cual fueron vacunados se difunda menos. Lo notable es que otras enfermedades respiratorias también disminuyen su incidencia. Esto puede atribuirse al efecto que tiene la vacuna en disminuir los períodos de tos y abundancia de secreciones respiratorias que causa la influenza. Como este es el principal mecanismo de difusión de las enfermedades respiratorias, no se transmiten enfermedades virales yacentes en las vías respiratorias de esos niños.

Hurwitz E. JAMA 2000;284:1677-1682.