Dom. Abr 21st, 2024

(Resumen del Reporte Anual de la Organización Panamericana de la Salud)
El final del siglo veinte ya presenciado cambios trascendentales en la mortalidad infantil a cuenta de las enfermedades infecciosas.

El reporte señala que en los últimos 20 años los cambios mas importantes en la mortalidad ha afectado a los niños. La mortalidad global de 24.8 muertes por cada 1000 nacidos vivos en el período 1995 a 2000, es el mas bajo registrado en la región. Esto ha significado un descenso de 12.1 muertes por 1000 nacidos vivos, o dicho de otra forma la mortalidad infantil se ha reducido en un 30%. Este descenso ha sido mas importantes en las Regiones Andinas, Brasil, América Central y el Caribe Latinoamericano, aunque aún en estas regiones la mortalidad es 5 a 7 veces mayor que la de Estados Unidos en el mismo período.

El mismo informe señala gran variabilidad de necesidades y desigualdades en relación a la salud en los diferentes países, señalando que tanto como la mortalidad infantil otros índices de salud son la pobreza, analfabetismo y acceso al agua potable y saneamiento.

La OPS se ha comprometido a si misma a impulsar el liderazgo y respaldar a los países para generar la información objetiva para el análisis, supervisión y evaluación de las condiciones de salud, en el esfuerzo de reducir la desigualdades. Actualmente trabaja con los países para reestructurar los sistemas de salud y para acabar con las altos niveles de desigualdad, calidad y eficiencia en el uso de los escasos recursos que disponen.

Comentario: Una noticia esperanzadora. Desde las mortalidades de 100 muertes por 1000 nacidos vivos, que hace no mucho eran el índice de la región, el número expresado es una gran noticia. Sin embargo lo que falta aún es mucho. Es probable que cueste mas descender la mortalidad a partir de ahora. Las enfermedades infecciosas causantes de las muertes en los países menos desarrollados, se controlan y eliminan con medidas mas sencillas y baratas, que las malformaciones o enfermedades crónicas responsables de la mortalidad en países desarrollados. Sin embargo, países como Uruguay, Cuba o Chile con una ínfima parte del presupuesto de Salud del que tiene la población de los Estados Unidos, han logrado cifras muy cercanas a sus índices. Por lo tanto pareciera no ser tan difícil continuar en la senda.

Para mayor información contactarse con Daniel Epstein, OPS, Oficina de Información Pública Organización Panamericana de la Salud, epsteind@paho.org