La alimentación al pecho tiene tantas ventajas y estas son tan conocidas que no parece importante abundar en ellas.
Sólo diremos que los niños alimentados al pecho son más sanos porque reciben anticuerpos mientras amamantan y algún tiempo después, son menos propensos a la obesidad cuando mayores y tienen una relación más armoniosa con su madre.
El niño debe iniciar su alimentación al pecho tan pronto como esté en contacto con su madre. Si bien la primera leche (calostro) no tiene las características de la leche de los días posteriores, su composición es rica en anticuerpos y sustancias defensivas. De ahí en adelante y al menos durante el primer mes de vida la frecuencia debe adoptar lo que se llama «libre demanda» es decir cuanta veces el niño quiera, en un lapso no menor de 2 horas y no mayor de 4 horas ( antes de 2 horas no se alcanza aproducir la leche y si después de 4 horas el niño no se ha alimentado debe ponérsele al pecho aunque no lo haya solicitado).
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