Mar. Abr 16th, 2024

La #Diabetes Juvenil es una enfermedad que se produce por falta o disminución de la hormona que maneja la glucosa y otros procesos relacionados con ella y las grasas.

La insulina es una hormona producida por el páncreas en células muy diferenciadas, (células beta de los islotes de Langherhans) distintas a las que producen las enzimas o fermentos digestivos.

La #insulina ayuda a que el azúcar penetre en las células y sea aprovechada por ellas para formar energía. Además controla el nivel de azúcar en la sangre, manteniéndolo constante.

Cuando la insulina no es suficiente, la glucosa no puede ser aprovechada y se presentan problemas como que la glucosa sube en la sangre y es tanta su cantidad que se elimina por la orina (riñón) junto con agua (orinas dulces). Esto es lo que produce la típica sed y orina exagerada que es uno de los síntomas más característicos de la diabetes no tratada o descompensada. La célula recurre a otras sustancias para obtener su energía como las grasas, cuya utilización libera sustancias ácidas y que el organismo trata de remediar con la eliminación de anhídrido carbónico, por los pulmones ( los pacientes respiran profundo y rápido).

Las causas de porqué se produce esta enfermedad se desconoce, se piensa que probablemente se deba a un ataque viral o de anticuerpos activados por un virus, de las células productoras de insulina.

Por el hecho de producirse en etapas de la juventud o del adulto jóven se le llama diabetes juvenil, para diferenciarla del tipo 2 del adulto mayor en que la causa probable es el agotamiento o destrucción de las células por el exceso de trabajo que significa una dieta exagerada en hidratos de carbono.

Los síntomas de esta enfermedad son como ya se dijo: Intensa sed, con orina aumentada, (los niños se levantan en la noche, varias veces, a tomar agua y orinar), decaimiento intenso, enflaquecimiento, pérdida del apetito, deshidratación, y respiración profunda.

Si el tratamiento se retarda aparecen signos de compromiso neurológico (visión borrosa, somnolencia) y cardiovascular (hipotensión, taquicardia, pulso débil, shock). Estos síntomas habitualmente se desarrollan en algunas semanas como máximo, en otros casos los síntomas progresan en pocos días. Con los síntomas anteriores, se debe consultar a un médico para que realice exámenes de glucosa en sangre y orina, además de otros que indicarán las complicaciones.

El tratamiento inicial debe hacerse con el niño hospitalizado, y comprende la corrección de la deshidratación, la corrección de la acidosis y otras alteraciones de la enfermedad y la administración intravenosa y luego subcutánea de insulina. Desgraciadamente, y ésta es una de las diferencias más importantes de este tipo de diabetes con la del adulto, el tratamiento se hace sólo con insulina, la cual debe ser inyectada diariamente por el resto de la vida mientras no se encuentre otra solución.

Se trabaja denodadamente en busca de un medicamento que pueda ser administrado oralmente o un tratamiento genético que cure la enfermedad. En los días siguientes, estabilizado el paciente, se determinará la dieta a seguir, las dosis de insulina a recibir y los controles que se harán en forma periódica. La insulina que se indicará al alta a la casa del niño, habitualmente del tipo llamado lento, que se administra cada 12 horas.

En los niños mayorcitos se trata que rápidamente se hagan autosuficientes y se administren ellos mismos el medicamento asi como que se hagan responsables de su dieta y costumbres de ejercicio diario.

La mayoría de las instituciones forman con los niños diabéticos grupos de control y educación que les facilita su tratamiento y los mantiene unidos para conseguir los medicamentos y elementos dietéticos necesarios.

Tanto la dieta como el ejercicio a realizar diariamente les serán indicados por el médico especialista, que en este caso será un endocrinólogo y la nutricionista que se dedica a este tipo de enfermedades. Igualmente se les enseñará al niño y a su madre a evitar las complicaciones agudas como la hipoglicemia o baja brusca de la glucosa en la sangre producto de una equivocación en la dosis de insulina, la falta de alimentación después de una dosis normal o la aparición de una enfermedad.

Otra complicación es la hiperglicemia o reactivación de la diabetes que se puede producir por dosis insuficientes en un niño que está comiendo más que lo indicado, o que no se ha reajustado la dosis y que crece rápidamente, o presenta una infección viral o bacteriana.

En cualquiera de estos casos debe seguir las instruccciones dadas por el médico tratante y llamarlo a él, o a la enfermera encargada del programa, en forma inmediata a continuación. La diabetes tipo 1 dura de por vida y las complicaciones que se pueden producir dependen exclusivamente de un control minucioso de la enfermedad que permita niveles estables de glucosa en la sangre por una parte y una dieta pobre en grasas y ejercicio proporcionado por otra. La detección de las complicaciones dependerá de la adhesión a los controles, ya que cada cierto tiempo es necesario realizar exámenes a los órganos que frecuentemente se complican (ojos, riñones, presión arterial, etc.)