Lun. Mar 18th, 2024

Es una reacción anormal del niño ante una negativa a una petición o acción que desea realizar.

El niño puede hacer un sinnúmero de reacciones anormales: tirarse al suelo, agredir a los padres, tirarse el pelo, correr hacia el patio, etc. Este tipo de conducta se presenta alrededor de los 2 años y tiene por objeto afirmar su personalidad y demostrar su poder.

Como toda conducta anormal no debe ser permitida.

La primera reacción de los padres y adultos que rodean al niño (de común acuerdo) debe ser la de ignorar al niño hasta que este recupere su comportamiento normal.

Desde el momento que el niño inicia la pataleta, deja de existir. Los padres conversan de cualquier otra cosa y no le prestan atención. Repentinamente, cuando el niño adopta la conducta normal, reaparece en escena y existe de nuevo para sus padres quienes le pueden decir: así te queríamos ver, como niño grande..etc. y hacerle alguna caricia. Dando a entender que la actitud que será premiada con su atención y cariño será la normal.

En los niños mayorcitos, se les puede explicar. ¡Nos gusta que las cosas que pidas lo hagas en buena forma! ¡Si te negamos algo, tenemos nuestras razones, hablemos de ello! Con posterioridad a los 5 a 6 años las rabietas desaparecen.

Una forma de rabieta es el dejar de comer que adoptan como costumbre los niños entre los 2 a 3 años, para llamar la atención y debiera tener el mismo tratamiento. Nunca se debe castigar a un niño y menos a raíz de una rabieta, esto sólo reforzará estas conductas anormales. A veces, los niños tienen rabietas cuando se sienten frustrados consigo mismos, porque no consiguen armar algo, porque sus padres no entienden lo que ellos dicen.

Los niños mayores pueden estar frustrados a causa de su incapacidad para hacer la tarea escolar. En estas ocasiones, su hijo necesita estímulo y un padre que lo escuche. Apóyelo diciendo: «Sé que es difícil, pero vas a mejorar. ¿Puedo hacer algo para ayudarte?» Minimice los errores y aumente o elogie sus logros aunque sean pequeños. En alguna oportunidad Ud. no puede permanecer impávido frente a la rabieta, como cuando ésta se produce en un lugar público. En este caso, el niño sabe que Ud. está en desventaja y que no puede tratarlo como en la casa (ignorándolo). Sáquelo del recinto y llévelo a un lugar calmado en donde pueda aplicar las técnicas mencionadas.

En otras oportunidades puede conversar con él y darle una advertencia (que puede y debe cumplir) explicándole la negativa o razón que motivó la rabieta del niño. No ceda ante la rabieta por ningún motivo. En estos casos es mejor dar un plazo y no pedir que la rabieta termine de inmediato, porque es practicamente imposible.

Para las rabietas de tipo perturbador o destructivo, o que causan demasiada alteración en la casa, utilice suspensiones temporales, de juegos, salidas, de horario de TV, etc. Trate en todo caso de actuar como padre, no se burle de él, no lo ponga en vergüenza delante de otros niños.

Dele plazo a que se recupere, el es un niño, por mucha vergüenza que lo/a haga pasar, debe tenerle paciencia y actuar en forma lo más neutramente que pueda. No reaccione con ira, eso sería como responder con otra rabieta hacia el niño.

Si las rabietas se hacen incontrolables y Ud. tiene miedo que el niño se haga daño, llame a su médico para pedir consejo, probablemente tendrá que consultar con un especialista.